Alejandro Mario Fonseca
En 1651 el inglés Thomas Hobbes escribió Leviatán, o La materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil. El título hace referencia al monstruo bíblico Leviatán, de poder descomunal: "Nadie hay tan osado que lo despierte... De su grandeza tienen temor los fuertes... No hay sobre la Tierra quien se le parezca, animal hecho exento de temor. Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los soberbios".
La obra de Hobbes, marcadamente materialista, puede entenderse como una justificación del Estado absoluto, a la vez que como la proposición teórica del contrato social, y establece una doctrina de derecho moderno como base de las sociedades y de los gobiernos legítimos.
Lo invito, amable lector, a que veamos algunas perlas de sabiduría directamente en el libro de Hobbes, para después intentar una crítica del Estado mexicano de nuestros días.
Leviatán
“Que los hombres cumplan los pactos que han celebrado. En esta ley de naturaleza consiste la fuente y origen de la JUSTICIA.” “Las leyes de naturaleza (tales como justicia, equidad, modestia, piedad y en suma la de haz a otros lo que quieras que otros hagan para ti) son, por sí mismas, cuando no existe el temor a un determinado poder que determine su observancia, contrarias a nuestras pasiones naturales, las cuales nos inducen a la parcialidad, al orgullo, a la venganza y a cosas semejantes”.
“...pacto de cada hombre con los demás, en forma tal como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y autorizareis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud así en una persona se denomina ESTADO, en latín CIVITAS”.
“Esta es la generación de aquel gran LEVIATHAN, o más bien (hablando con más reverencia), de aquel dios mortal, al cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa. Porque en virtud de esta autoridad que se le confiere por cada hombre particular en el Estado, posee y utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos ellos para la paz, en su propio país, y para la mutua ayuda contra sus enemigos, en el extranjero”.
“Y en ello consiste la esencia del Estado, que podemos definir así: una persona de cuyos actos se constituye en autora una gran multitud mediante pactos recíprocos de sus miembros con el fin de que esa persona pueda emplear la fuerza y medios de todos como lo juzgue conveniente para asegurar la paz y defensa común. El titular de esta persona se denomina SOBERANO, y se dice que tiene poder soberano; cada uno de los que lo rodean es SÚBDITO suyo”.
El inmenso poder del Presidente
Como usted puede ver, en este concepto del poder y del Estado encontramos una muy buena explicación de lo que fue el Estado mexicano durante la Colonia, y pasado el caos político que va de la Guerra de Independencia a la República Restaurada, también explica tanto la era del Porfiriato como la del PRI-gobierno que va de 1929 hasta el año 2000.
Primero los virreyes y después los presidentes concentraban todo el poder gubernamental y estatal. Los virreyes gobernaban y administraban el país en representación del Rey que gozaba de legitimidad divina, por la gracia de Dios; y los presidentes también, pero basados en la legitimidad “democrática” simulada en las urnas, gracias al “voto ciudadano”.
A partir del año 2000 hemos vivido una “transición democrática” que vista a la luz del Leviatán de Hobbes, no es otra cosa más que la pérdida del poder casi absoluto del presidente en turno. Salvo honrosas excepciones, la clase política de nuestros días (principalmente el presidente y sus funcionarios y allegados, los gobernadores de los estados, los senadores y diputados, los jefes de los partidos políticos, los jueces y los alcaldes de las ciudades grandes), comparten el poder con los grandes monopolios empresariales, con los dueños de los medios de comunicación y con los capos del narcotráfico.
Reivindicación del “ogro filantrópico”
En México el leviatán priista se comportó más como un ogro filantrópico que sabía compartir, pero que fracasó por sus abusos. Lo que me sorprende con el gobierno del Presidente AMLO es que el ogro filantrópico está siendo reivindicado.
La administración de AMLO es difícil y compleja, a pesar de sus discursos “radicales” tiene que quedar bien con todos: apoyar a los norteños y sacar adelante a los del sur, por lo menos sacarlos de la pobreza extrema. Y su populismo sureño, si es que le podemos llamar así, resulta blando. No está regalando dinero, está becando a los que quieran estudiar o trabajar. ¡Bien!
En donde están los problemas graves es en el combate a la corrupción y en la estrategia de seguridad. La primera porque las filas de Morena se engrosaron con priistas y perredistas, entonces no pocos gobiernos estatales y municipales siguen como antes. Y la segunda, simplemente porque no hay estrategia.
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Para los gobiernos de cualquier nivel, municipal, estatal o federal la Seguridad Pública es uno de sus temas fundamentales tanto para el accionar y para los discursos políticos y gubernamentales. En cada nivel de gobierno federal, estatal o municipal; sus representantes hablan de nuevas estrategias de seguridad y escuchamos de la adquisición de patrullas, cámaras de seguridad, salarios altos a policías, operativos, la captura de importantes bandas o las luchas frontales contra el crimen organizado, policías de proximidad, aumento en cantidad de elementos y muchas acciones más que son importantes, sin embargo no logran bajar la percepción de inseguridad, lo que se traduce, sin ser especialista en el tema, que se basan en las mismas acciones solo que con diferentes nombres. Veamos algunos números que podrían ser importantes acerca de seguridad pública, de acuerdo a la última encuesta del primer trimestre del 2025 del INEGI referente a Seguridad Pública denominada Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana el 61.9 % de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad en México; en esta misma encuesta la percepción de municipios más inseguros Villahermosa, con 90.6; Culiacán Rosales, con 89.7; Fresnillo, con 89.5; Uruapan, con 88.7; Irapuato, con 88.4 y Chimalhuacán, con 86.1 por ciento. Con respecto a Seguridad Pública, en el mes de abril realizamos una encuesta en la empresa INDAGA en varios municipios del Estado de Puebla, donde tuvimos algunos resultados interesantes: Cuando preguntamos ¿Qué tan seguro considera que es el lugar donde vive actualmente?, los resultados fueron: Muy Seguro 6.40 %, Seguro 7.20, Inseguro 56.10 Muy Inseguro 30.30; cuando preguntamos ¿Cree que la inseguridad en el municipio ha mejorado, empeorado o sigue igual en el último año? en esta pregunta los resultados fueron preocupantes Mejorado 9.8 %, Empeorado 30.6%, Sigue Igual 47.7% y No Sabe/No Contestó 11.9 % y otro dato importante de este estudio fue con la pregunta ¿Qué tan preocupado(a) se siente por la posibilidad de ser víctima de un delito? Los resultados fueron: Muy preocupado 14.7, Preocupado 47.6, Despreocupado 11.7, Muy Despreocupado 6.6, No Sabe/No Contestó 19.4 Como podemos ver no hay avance en cuanto a percepción de inseguridad, los números presentan una situación crítica y preocupante Es preocupante que la percepción no baje y se mantenga en los mismos niveles porque significa nos estamos acostumbrando a la inseguridad y vemos la situación como común o que las autoridades de cualquier nivel no han realizado alguna acción de impacto para poder cambiar estos números. Es necesario emprender acciones y estrategias eficientes porque de lo contrario, nuestros hijos pensaran que es normal que la gente mate, robe o se drogue.
13 may., 2025Leer más