las microrreacciones lo dicen todo, cómo saber qué hay de fondo en la conferencia de prensa de Karina Pérez Popoca
por Vicente Tlachi
Acabo de visualizar la conferencia de prensa otorgada por Karina Pérez Popoca una vez que terminó su licencia en pos de reelegirse, y saberse perdedora de la elección del 6 de junio. Acabo de ver su conferencia de prensa y sus microrreacciones me indican que no está nada feliz. Mencionó ser una persona muy espiritual, uso frases como siempre-jamás-nunca, frases que no puede decir un humano tan fácilmente a menos que haya construido sobre sí una forma discursiva para hablar y ganar la comprensión del que tiene enfrente; dicho de otra manera, que las ensayó por días, del tal manera que su forma de hablar no se escuchara lenta, sino rápida y que evitara el parpadeo continuo.
¿Es posible saber si alguien miente? ¿Qué pistas da el mentiroso para poder decirle en su cara que te quiere ver la cara? Aunque parezca ciencia ficción, es posible detectar la mentira. Y es que de la misma manera que es factible atisbar, a través del habla, que alguien nos quiere endulzar el oído con el famoso atole con el dedo (por sus temblores en la voz o su discurso bien ensayado), también es posible identificar los embustes de quien tenemos delante a través de su gestualidad.
Hay un momento en la conferencia de prensa donde Karina Pérez Popoca agradece a todos, y dice: “a la lealtad a su presidenta”, y gira media parte de su cuerpo para echar a mirar a aquellos que están como sus edecanes en la parte de atrás. Los mira, los enfoca, moviendo la cabeza arriba-abajo, luego esboza una ligera sonrisa y vuelve a poner la mirada frente a los periodistas. ¡Claro que está amenazando! Y la amenaza se tornó discurso cuando, al referir sin mencionar el nombre de Adán Xicale, dice que hubo quienes no se mostraron leales a su proyecto, y eso que son gente que trabaja y come del ayuntamiento.
Y otro gesto que no es microrreacción, sino reacción pura cargada de egocentrismo es demostrada de dos maneras: primero, cuando indica ser la primera presidenta, ser la presidenta que enfrentó la pandemia, la que dejó muchos domos, la que dio las despensas, la que dio las mastografías, etc. Dicho de otra manera, “sino fuera por mí nunca hubiera habido esto”, me recordó a L'État, c'est moi, frase de Luis XIV, un rey francés que se sentía el dueño de todo, y que resumía así su estilo de gobernar, el absolutismo; segundo, cuando se pone de pie y está diciendo lo antes señalado (por supuesto, que quería ser vitoreada por los ahí presentes, pero, aunque tenían los tapabocas, que permite ocultar medio rostro, las microrreacciones en la entreceja mostraba miedo, y por si fuera poco, no se escucha un aplauso).
Esa forma de hablar tan rápido, como ya indiqué líneas atrás, está ensayada, le hace dejar en claro para quienes sabemos interpretar gestos que Karina Pérez Popoca no está feliz por los resultados, pues dice que la gente fue manipulada para votar por Edmundo Tlatehui; pero al dar varios argumentos en torno a que obtuvo una gran cantidad de votos con respecto a la elección pasada, solo indica que no está contenta con el resultado, y que no lo estará el día en que entregue la presidencia.
Por supuesto, será a través de redes sociales y las fuentes informativas que surgirá la verdad, sólo así sabremos del actuar de una mujer que soñó con la gloria de perpetuarse tres años más, y que la gente nomás no le dio el gusto, y que sin ser panista, votó por el candidato más idoneo.