Redacción
19-Agosto-2023
Crónica de una muerte anunciada
Crónica de una muerte anunciada relata la historia del asesinato de Santiago Nasar, un joven de 21 años, con ascendencia árabe y católico, quien gobernaba la hacienda de su difunto padre y estaba comprometido con Flora Miguel. A continuación, presentamos un resumen cronológico de la historia.
El matrimonio de Bayardo San Román y Ángela Vicario
Bayardo San Román, hombre adinerado, profesional y talentoso, había llegado al pueblo en busca de una esposa. Muy rápidamente se ganó la simpatía de los lugareños. Entre ellos, se contaba a la familia Vicario que, dada su precaria situación económica, no dudó en arreglar el matrimonio entre este y la joven Ángela Vicario. Pero Ángela adversaba la idea de casarse sin amor.
La fiesta nupcial, celebrada un día domingo, fue un auténtico derroche, tanto así que Santiago Nasar especulaba en tono juguetón sobre los costos económicos de aquella exageración. En la noche de bodas, Bayardo San Román descubrió que su doncella no era virgen. Sintiéndose deshonrado, le propinó una paliza y la devolvió a casa de sus padres en plena madrugada.
La venganza de los gemelos Vicario
Cuando los gemelos Pedro y Pablo le preguntaron a su hermana Ángela quién había sido el responsable de deshonrarla, esta acusó a Santiago Nasar. Para salvaguardar la honra de su hermana, los gemelos Vicario decidieron asesinarlo. De inmediato, dispusieron de sus cuchillos para matar cochinos y se se dirigieron al mercado a afilarlos.
Indiscretos, le contaron sus planes a todo el que encontraron. A las seis de la mañana, el rumor ya se había esparcido, pero una serie de infelices casualidades, suposiciones, prejuicios y omisiones impidió que llegara directamente a oídos de Santiago Nasar.
Aquella madrugada del lunes
En la mañana del lunes se esperaba la visita del Obispo al pueblo, quien llegaría en buque para bendecir el matrimonio de Bayardo y Ángela. Santiago Nasar deseaba ir a recibirlo, de modo que después de la fiesta, apenas descansó una hora y se puso una ropa limpia acorde a la formalidad de la ocasión.
Si al principio la noticia del pueblo era la visita del obispo, en pocas horas la atención fue redirigida a Santiago Nasar, a quien todos sabían que iban a matar, pero a quien nadie había visto para advertirle. Cristo Bedoya, compañero de parranda de Santiago Nasar durante aquella noche, se enteró del rumor tan pronto se separó de él. Salió a buscarlo de inmediato pero su búsqueda fue infructuosa.
Los últimos instantes de Santiago Nasar
Inocente de lo que ocurría, Santiago Nasar pasó por casa de su novia Flora que, de forma inusual, lo hizo entrar a casa, pese a las severas normas de su conservadora familia. Flora se había enterado de todo y estaba indignada por la supuesta infidelidad de Santiago, así que le devolvió sus cartas de amor, y deseó que lo mataran. Santiago no entendía lo que ocurría. Fue Nahir Miguel, padre de Flora quien, luego de hablar con ella, le advirtió a Santiago sobre la amenaza de los Vicario.
Santiago Nasar salió hacia su casa. La fatalidad del destino lo hizo salir por la puerta principal, cosa que nunca hacía, donde lo esperaban los gemelos Vicario. Así, a la puerta de la casa de su madre, Santiago Nasar fue asesinado a cuchilladas de manera brutal. Los gemelos se entregaron a las autoridades bajo el alegato de defensa del honor. Pasaron tres años bajo prisión.
Un reencuentro inesperado
No volvió a saberse de Bayardo San Román, pues él se había marchado. Tampoco se supo más sobre Ángela Vicario, ya que su madre trataba de sepultarla en el olvido. Sin embargo, el narrador logró reencontrarse con su prima Ángela más de 20 años después, quien le contó detalles sobre su suerte en aquellos años.
Finalmente supo que, tras aquel abandono, Ángela acabó por enamorarse de Bayardo San Román. A lo largo de más de dos décadas, le escribió cartas incansablemente rogando por su regreso, hasta que un día, ya vencido por el paso del tiempo, Bayardo volvió a ella para quedarse.
Análisis de Crónica de una muerte anunciada
Llaman la atención varios aspectos: primero, la ruptura de la linealidad temporal, pues el autor comienza anunciando el fin del relato. Segundo, el papel del narrador, que a veces describe los hechos con la objetividad de un investigador, y ocasionalmente aparece involucrado como un testigo más de aquel episodio. Tercero, la construcción de una especie de personaje colectivo, el pueblo que, por diversas razones, se muestra incapaz de detener un anuncio público y notorio.
Ruptura de la linealidad temporal
La ruptura de la linealidad temporal se produce desde el principio, cuando el narrador anuncia lo que será un hecho inevitable: el asesinato de Santiago Nasar. A través de este recurso, el narrador logra mantener al espectador en vilo ante las preguntas sobre cómo y por qué se desarrollaron los hechos.
De este modo, queda muy claro que la importancia de la historia no reside en la muerte de Santiago Nasar en sí, sino en las circunstancias, los acontecimientos que lo provocaron y su significado. Quizá, pudo haber sido cualquier otro, y no Santiago Nasar. Lo que salta a todas luces es que nadie lo evitó.
Este aspecto resulta fundamental: se trata del sacrificio de un hombre, probablemente inocente, pero en todo caso, sometido a una condena desproporcionada, que pudo haber sido evitado por cualquiera en el pueblo. Las razones para ello son varias.
Vemos en el relato dos fuerzas contrapuestas: por un lado, la responsabilidad colectiva sobre la violencia. Por el otro, la fatalidad del destino. ¿Vence una sobre la otra o acaso se alimentan?
Crónica de una muerte anunciada
Crónica de una muerte anunciada relata la historia del asesinato de Santiago Nasar, un joven de 21 años, con ascendencia árabe y católico, quien gobernaba la hacienda de su difunto padre y estaba comprometido con Flora Miguel. A continuación, presentamos un resumen cronológico de la historia.
El matrimonio de Bayardo San Román y Ángela Vicario
Bayardo San Román, hombre adinerado, profesional y talentoso, había llegado al pueblo en busca de una esposa. Muy rápidamente se ganó la simpatía de los lugareños. Entre ellos, se contaba a la familia Vicario que, dada su precaria situación económica, no dudó en arreglar el matrimonio entre este y la joven Ángela Vicario. Pero Ángela adversaba la idea de casarse sin amor.
La fiesta nupcial, celebrada un día domingo, fue un auténtico derroche, tanto así que Santiago Nasar especulaba en tono juguetón sobre los costos económicos de aquella exageración. En la noche de bodas, Bayardo San Román descubrió que su doncella no era virgen. Sintiéndose deshonrado, le propinó una paliza y la devolvió a casa de sus padres en plena madrugada.
La venganza de los gemelos Vicario
Cuando los gemelos Pedro y Pablo le preguntaron a su hermana Ángela quién había sido el responsable de deshonrarla, esta acusó a Santiago Nasar. Para salvaguardar la honra de su hermana, los gemelos Vicario decidieron asesinarlo. De inmediato, dispusieron de sus cuchillos para matar cochinos y se se dirigieron al mercado a afilarlos.
Indiscretos, le contaron sus planes a todo el que encontraron. A las seis de la mañana, el rumor ya se había esparcido, pero una serie de infelices casualidades, suposiciones, prejuicios y omisiones impidió que llegara directamente a oídos de Santiago Nasar.
Aquella madrugada del lunes
En la mañana del lunes se esperaba la visita del Obispo al pueblo, quien llegaría en buque para bendecir el matrimonio de Bayardo y Ángela. Santiago Nasar deseaba ir a recibirlo, de modo que después de la fiesta, apenas descansó una hora y se puso una ropa limpia acorde a la formalidad de la ocasión.
Si al principio la noticia del pueblo era la visita del obispo, en pocas horas la atención fue redirigida a Santiago Nasar, a quien todos sabían que iban a matar, pero a quien nadie había visto para advertirle. Cristo Bedoya, compañero de parranda de Santiago Nasar durante aquella noche, se enteró del rumor tan pronto se separó de él. Salió a buscarlo de inmediato pero su búsqueda fue infructuosa.
Los últimos instantes de Santiago Nasar
Inocente de lo que ocurría, Santiago Nasar pasó por casa de su novia Flora que, de forma inusual, lo hizo entrar a casa, pese a las severas normas de su conservadora familia. Flora se había enterado de todo y estaba indignada por la supuesta infidelidad de Santiago, así que le devolvió sus cartas de amor, y deseó que lo mataran. Santiago no entendía lo que ocurría. Fue Nahir Miguel, padre de Flora quien, luego de hablar con ella, le advirtió a Santiago sobre la amenaza de los Vicario.
Santiago Nasar salió hacia su casa. La fatalidad del destino lo hizo salir por la puerta principal, cosa que nunca hacía, donde lo esperaban los gemelos Vicario. Así, a la puerta de la casa de su madre, Santiago Nasar fue asesinado a cuchilladas de manera brutal. Los gemelos se entregaron a las autoridades bajo el alegato de defensa del honor. Pasaron tres años bajo prisión.
Un reencuentro inesperado
No volvió a saberse de Bayardo San Román, pues él se había marchado. Tampoco se supo más sobre Ángela Vicario, ya que su madre trataba de sepultarla en el olvido. Sin embargo, el narrador logró reencontrarse con su prima Ángela más de 20 años después, quien le contó detalles sobre su suerte en aquellos años.
Finalmente supo que, tras aquel abandono, Ángela acabó por enamorarse de Bayardo San Román. A lo largo de más de dos décadas, le escribió cartas incansablemente rogando por su regreso, hasta que un día, ya vencido por el paso del tiempo, Bayardo volvió a ella para quedarse.
Análisis de Crónica de una muerte anunciada
Llaman la atención varios aspectos: primero, la ruptura de la linealidad temporal, pues el autor comienza anunciando el fin del relato. Segundo, el papel del narrador, que a veces describe los hechos con la objetividad de un investigador, y ocasionalmente aparece involucrado como un testigo más de aquel episodio. Tercero, la construcción de una especie de personaje colectivo, el pueblo que, por diversas razones, se muestra incapaz de detener un anuncio público y notorio.
Ruptura de la linealidad temporal
La ruptura de la linealidad temporal se produce desde el principio, cuando el narrador anuncia lo que será un hecho inevitable: el asesinato de Santiago Nasar. A través de este recurso, el narrador logra mantener al espectador en vilo ante las preguntas sobre cómo y por qué se desarrollaron los hechos.
De este modo, queda muy claro que la importancia de la historia no reside en la muerte de Santiago Nasar en sí, sino en las circunstancias, los acontecimientos que lo provocaron y su significado. Quizá, pudo haber sido cualquier otro, y no Santiago Nasar. Lo que salta a todas luces es que nadie lo evitó.
Este aspecto resulta fundamental: se trata del sacrificio de un hombre, probablemente inocente, pero en todo caso, sometido a una condena desproporcionada, que pudo haber sido evitado por cualquiera en el pueblo. Las razones para ello son varias.
Vemos en el relato dos fuerzas contrapuestas: por un lado, la responsabilidad colectiva sobre la violencia. Por el otro, la fatalidad del destino. ¿Vence una sobre la otra o acaso se alimentan?
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