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Dinamita social en Europa.

Arturo Romero Garrido

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Dinamita social en Europa.
09 sep., 2022
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La crisis existencial que están experimentando los países occidentales, antes dueños absolutos del mundo, está extendiéndose a través de todo su ser, alterando lo más profundo de su esencia; debilitando sus instituciones y poniendo en dudas su superioridad moral e intelectual.

Algunos de los indicios que estamos presenciando -provocados por el declive de occidente- los podemos examinar a través de publicaciones en los medios de comunicación que muestran la realidad del mundo actual.

Por ejemplo, en el último mes hemos sido testigos a través de diferentes rotativos de la desesperación en la que se encuentran diferentes países miembros de la unión europea que no saben cómo solucionar el déficit energético provocado principalmente por las absurdas sanciones contra Rusia y su negativa a comprarle hidrocarburos.

Hasta hace un par de años, jamás habríamos si quiera imaginado que los más grandes defensores del liberalismo en el mundo, los “faros de la democracia” que es como a ellos les gusta autonombrarse, estén de pronto titubeando y poniendo en entredicho la vigencia de la democracia como ciencia política y, de paso, la libertad de sus propios ciudadanos.

O, ¿cómo se supone que debemos de interpretar las últimas prohibiciones que los gobiernos de países como España, Francia y Alemania pretenden imponer a toda la población?...

Recordemos que el pasado 10 de agosto el Ministerio de Energía de España implementó una nueva regulación sobre el uso del aire acondicionado y calefacción utilizada en cines, aeropuertos, restaurantes, edificios públicos, etc.

La medida ha provocado el descontento generalizado de los ciudadanos y no es para menos ya que tendrán que limitar el aire acondicionado a 27 grados centígrados en verano y la calefacción a 19 grados en invierno…uff.

Si en Puebla no soportamos viajar un rato en automóvil a medio día en época de verano, aún con los vidrios abajo y eso que el termómetro rara vez alcanza los 25 grados centígrados, imagínense tener que estar trabajando en una oficina de gobierno 12 horas sin parar, sin flujo de aire constante y a una temperatura mayor a 27 grados, es una locura.

Si eso pasara en México los diferentes sindicatos de trabajadores de los tres órdenes de gobierno no tardarían ni 5 minutos en llamar a un paro colectivo de actividades y no regresarían hasta conseguir la cancelación de dicha medida.

Además, una muestra de la crisis de autoridad en los gobiernos de occidente es la cobardía, es decir, la falta de valor para enfrentar las decisiones tomadas. Menciono lo anterior porque el gobierno federal quiere dejar en manos de los municipios la aplicación de las medidas prohibitivas, así como las posibles sanciones, es decir, el gobierno federal tira la piedra y esconde la mano.

Por otro lado, Francia ha tomado medidas similares para ahorrar energía y ha comentado que como parte de su estrategia comenzará a apagar la luz de las calles por la noche, aunque por el momento todavía no establece que porcentaje de calles, ni cuales, ni a partir de a qué hora.

El alumbrado público que ha formado parte fundamental del desarrollo social y símbolo de la modernidad occidental, ahora está resultando ser una carga para el estado francés.

Estas medidas –unilaterales- son sin lugar a dudas un retroceso en el estilo de vida de los ciudadanos ya que incrementa la probabilidad de accidentes vehiculares y peatonales, aumenta la inseguridad y disminuye el atractivo arquitectónico del lugar.

Debido a lo anterior, considero que los “apagones en las calles” serán aplicados en pueblos pequeños, en provincias alejadas y no en las ciudades emblemáticas, porque sinceramente, no me podría imaginar a los turistas caminar por Champs-Elysees - la avenida más bonita de París- en tinieblas.

Con esto recuerdo (y con mucho gusto) las pláticas de los abuelos en que solían narrar como era la vida pueblerina en los tiempos en que no había alumbrado público en las calles y en donde sólo el resplandor de la luna hacía posible cierta actividad nocturna...pues ahora serán los franceses del siglo XXI los que tendrán que usar su candil para salir a la calle.

No podemos olvidarnos de Alemania donde el invierno suele ser mucho más frío que en otros países de la unión europea y donde su canciller Olaf Scholz ha mostrado su preocupación por la inevitable alza en los precios de la calefacción y de la energía eléctrica, al grado de calificar la situación como posible “dinamita social”.

Sin embargo, aún con esta situación tan delicada como la describe el propio canciller, también ha confirmado que la estrategia de política exterior continuará tal y como está, arguyendo que Alemania debe garantizar su independencia energética.

De momento, los ciudadanos europeos han manifestado su preocupación por el problema económico al que se enfrentarán en el próximo invierno, enojo por las prohibiciones en el uso de la calefacción y dudas en la capacidad de los gobiernos democráticamente electos.

Piensan que toda prohibición va en contra de las libertades individuales y que las decisiones fundamentales en política exterior están supeditadas a intereses que no son las de los ciudadanos…parece que efectivamente está en marcha la dinamita social en Europa.

 


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