Dos años de la llegada de Amlo
por Vicente Tlachi
Dos años de la presidencia de AMLO. Más de setecientos días que nuestro país vive eso que el presidente ha denominado, LA CUARTA TRANSFORMACIÓN. Dos años de un total de seis. Como quién dice, si ese alguien sabe de matemáticas, un tercio de un total de tres.
Dos años en que el hombre de Macuspana ha impuesto un modo de hacer las cosas: levantar a todos sus seguidores a las siete de la mañana para visualizar (acaso, escuchar) sus mañaneras. Aunque, por la forma acompasada de hablar, bien valdría la pena seguir durmiendo. Pero, hay quienes despiertan a escuchar sus palabras porque dichas palabras cargan esperanza (pienso en los padres de los niños de la guardería ABC que están viendo a los responsables en la cárcel cosa que no hizo Calderón Hinojosa, porque esos culpables eran primos de su mujer, Margarita “nadieteconoce” Zavala; pienso en los padres de los jóvenes de Ayotzinapa que tuvieron una audiencia con el presidente para saber qué pasó con sus hijos, pienso en la política de austeridad que ha sacado gastos superfluos como el habido en la Residencia Oficial de los Pinos; pienso en el combate a la corrupción desde la Unidad de Inteligencia Financiera comandada por Santiago Nieto, el cual nos deja ver cómo el nuevo PRI de Enrique Peña Nieto fue la peor versión del Pri).
Dos años en que el hombre de Mascuspana ha sabido imponer un modo de hacer noticia. Todo lo que hace el gobierno federal sale de las mañaneras. Así que Televisa, Tv Azteca, Imagen informativa y otras tantas empresas televisivas o informativas se han tenido que doblegar al estilo informativo de Amlo, les guste o no, porque eso indica una verdad inescrutable: la noticia es un bien común. Y esto explica la potencialidad de los You Tubers, porque son ellos los que han dado una mejor semblanza y veracidad a lo que el Presidente y su gabinete hacen. De ahí el disgusto de personas como Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Joaquín López Dóriga, Fernanda Familiar, Pedro Ferriz de Con, de no ser protagonistas de la noticia, llámese entrevista, exclusiva (o lo que hoy todo mundo denomina el “chayote”), de ahí su imperativo categórico de tergiversar la notica, de ahí que sus seguidores inventen las fakenews.
Dos años de un total de seis. Aunque este 2020 fue un pésimo año a nivel mundial. Pero hay quienes no ven ese detalle, que la pandemia fue un asunto a nivel internacional, y que hay países como España e Italia que no ven el fin de la pandemia. Por supuesto, la economía mexicana se tambaleó, se perdieron empleos porque se cerraron negocios, se perdieron vidas. Y, sin embargo, son vidas perdidas en que el presidente no tuvo nada que ver, porque el sistema de salud de nuestro país no es del primer mundo (los gobiernos del PRIAN inauguraron hospitales, pero sin equipamiento, nomás los inauguraron para tomarse la foto, y urge una explicación al respecto, dónde está ese equipo, ese personal, ese presupuesto). Pero hay una prensa chayotera, incluso un sector de la población que así lo quiere ver. Esa gente que grita que han muerto más de cien mil mexicanos, no le dan ni un peso a aquel hombre o mujer que les pide una moneda para comprarse un pan. Así de hipócritas son esos catastrofistas.
Dos años de un total de seis. Como quién dice, si ese alguien sabe de matemáticas, un tercio de un total de tres. Dicho de otra manera, se ha cumplido el plazo para que el presidente fuera sustituido por otro. Era algo deseado por el movimiento encabezado por el loquillo de Gilberto Lozano, Frenaa, pero también empresarios como Claudio X González y Gustavo de Hoyos (empresarios que no fueron rescatados de manera financiera durante la pandemia, así como lo hizo Zedillo con el Fobraproa, así como lo hizo Calderón con el estímulo fiscal del 2010); apoyándose en lo señalado por los artículos 84 y 85 de la Carta Magna, si por alguna causa de fuerza mayor o por renuncia, el Presidente llegara a faltar en una ausencia absoluta, ya no sería necesario convocar a una nueva elección y se activaría, en ese supuesto hipotético, el mecanismo de sustitución. Ahora, tienen que esperar hasta el 2022, cuando se haga la consulta para que el presidente se vaya.
Dos años de un total de seis. Así que faltan cuatro. Son estos dos años donde ya se sentaron las bases de un estilo de gobernar. Un estilo que ha estado en la vida, incluso, de aquellos que odian a morir a Amlo. Porque sus trabajos (directos o indirectos), la gasolina de sus automóviles, las prestaciones, aguinaldo y hasta vacaciones, ha sido generado en estos dos años de gobierno. Más ilusos no pueden ser.
Dos años en que los antiamlo ya deberían de dejar de hacerle al loco y permitir que el presidente gobierne.