Por: Alberto Rocha Vázquez
Muy orondo se ha visto a Edmundo Tlatehui Percino, celebrando y echando la casa por la ventana, por “su triunfo”.
Pero la realidad es otra, el ahora virtual alcalde sanandreseño no ganó por sus virtudes políticas o capacidades, sino por el voto de castigo a Morena.
Si bien Karina Pérez Popoca puso de su parte para ser derrotada, lo que influyó en que ganara el susodicho Mundo Tlatehui fue el voto de castigo de la clase media, media alta, de la reserva territorial Angelópolis, aunado a los votos que le quitó Adán Xicale y el PT que ya había anunciado su retiro de éste coalición en el municipio.
Esto, producto de la narrativa que construyó el máximo jefe político de Morena, López Obrador, al atacar sobre todo a ese sector de la sociedad mexicana.
Algunos dirán que los electores no están a favor de la relección, pero muy cerca de aquí la alcaldesa reelecta Angélica Alvarado si logró repetir en Huejotzingo, aun con las manifestaciones que se están dando y que todos sabemos de dónde provienen.
El caso es, que Tlatehui no puede o no debe dar esas pésimas muestras de triunfalismo, ya que si dese éste momento ya empieza a marearse, habrá que imaginarse que hará una vez sentado en la silla de la presidencia municipal.
Si sus allegados quieren hacerle un bien, ojalá le aconsejen que se conduzca con mesura y tantita humildad, ya que el horno no está para bollos.
Que el poder no le cegué y se le olvide que aún sigue dentro de una línea de investigación por diversos temas de presunta corrupción y de acoso sexual y que la ley ha alcanzado –sobre todo en los últimos tiempos- a gobernadores, diputados y demás personajes que ya se sentían intocables.
Esperamos que sus eslóganes “Cambio de Rumbo” y “Mundo de Soluciones” no se queden solo en eso, en una frase matadora de campaña y todo quede en un “Mundo de Fantasía”.