Arturo Romero Garrido
Después de la decisión de la FIFA de celebrar la pasada copa del mundo en Rusia y resultar todo un éxito -al grado de que el Consejo de la FIFA lo reconoció como el mejor mundial de la historia- ha llegado la hora de disfrutar de los partidos de fútbol en Catar.
La polémica de celebrar el mundial en estos dos países ocupó por mucho tiempo las primeras planas deportivas particularmente en la prensa inglesa y norteamericana quienes no dudaron en criticar “el método” mediante el cual se dio a conocer el nombre de los países anfitriones y procedieron a emprender una cruzada en contra de la FIFA a la que catalogaron como un organismo con dirigentes corruptos.
Al respecto, Joseph Blatter quien fuera presidente de la FIFA hace 12 años intentó calmar las andanadas de críticas al comentar que “en el futbol no existen fronteras, abrimos todo a todo el mundo” y que, por tanto, estos países merecían tener la oportunidad de celebrar un evento de esta naturaleza.
En sentido estricto los mundiales de futbol deberían de ser consideradas como actividades apolíticas, como simples competencias deportivas, sin embargo, los intereses económicos y geopolíticos siempre se hacen presentes.
De acuerdo a datos que se dieron a conocer en un programa de televisión en México, el costo aproximado de llevar a cabo el mundial en Catar ronda los 220 mil millones de dólares, a falta de corroborar el monto anunciado, no cabe duda de que se trata de una cifra estratosférica imposible de cubrir – a menos que sea endeudándose– para la mayoría de los países del mundo.
Si hace 12 años el país árabe no contaba con la infraestructura necesaria para llevar a cabo el mundial como estadios deportivos o líneas de metro y sabía por tanto el tamaño de la inversión que se requería, entonces surge la pregunta ¿qué fue lo que llevó a Catar a animarse para llevar a cabo tal empresa?
Par algunos analistas de la geopolítica la razón más poderosa que tuvo Catar en su momento fue la de mostrarle al mundo su estatus de potencia en ascenso y su intención de convertirse en el líder político y turístico de la región.
Que Catar predomine económicamente en la zona no será una tarea fácil si tomamos en cuenta que sus vecinos: Arabia Saudita, Barein, Kuwait y Emiratos Árabes son países con grandes yacimientos de petróleo y gas, sin embargo, en la cuestión de liderazgo político y turístico sus posibilidades pueden ser mayores.
Para ello han invertido sumas millonarias -gracias a los altos precios del petróleo en los últimos tiempos- en el desarrollo de infraestructura, de proyectos culturales y mediáticos.
Es importante señalar que en estos momentos no está claro cuándo llegará el momento en que la dependencia del petróleo comience a declinar en el mundo, seguramente seguirá siendo la materia prima fundamental el resto del siglo por encima del litio.
No obstante, la visión innovadora de la familia Al Thani los ha llevado a diversificar su riqueza en diferentes sectores económicos para evitar en el futuro la dependencia absoluta de su país a los precios del gas y petróleo que, como todos sabemos, suelen tener altibajos producidos por variables externas que un país como Catar no puede controlar.
El objetivo de los Al Thani es evitar pasajes como los que se vivieron en México a principios de la década de los 80 cuando la sobreoferta de petróleo en el mundo provocó que fuera mucho más difícil acomodar el crudo mexicano, lo que trajo consigo una fuerte disminución del precio del energético (llegando a costar 2.5 dólares el barril) en un momento en que la mayor parte de los programas gubernamentales dependían del ingreso petrolero.
Es por eso que los jeques árabes han invertido sumas millonarias para adquirir acciones en diferentes empresas multinacionales que son por el momento altamente exitosas.
Por otro lado, el impulso de Catar como destino turístico es uno de los desafíos más importantes que tiene el país, para ello se han desarrollado diferentes polos de atracción para los viajeros del mundo.
Por ejemplo, en el tema deportivo el año pasado 2021 dieron la bienvenida por primera vez a una carrera de Fórmula 1 y este año al mundial de futbol, además de que llevan organizando desde hace más de 10 años el torneo internacional de tenis Qatar Total Open.
En el tema cultura, Catar ha impulsado diferentes tipos de celebraciones como el Festival Internacional de Cometas, el Festival Internacional de Arte, el Festival de Veleros y el Festival Cultural de Doha.
De continuar con este desarrollo todo parece indicar que el liderazgo turístico de la región se reducirá a una carrera de dos: Dubai y Catar.
Mientras tanto, disfrutemos de los partidos de altísimo nivel que nos ofrece la copa del mundo al tiempo que conocemos mejor la cultura de aquel diminuto pero importante país que es Catar...¡y que gane el mejor!