redacción
30-Septiembre-2024
Los asentamientos mayas en la Costa Oriental de la península de Yucatán, durante los periodos Clásico (300-800 d.C.) y Posclásico (1200-1541 d.C.), formaron parte de amplias redes de migración que promovieron intercambios culturales, políticos y económicos con diversas regiones, desde el Golfo de México hasta Guatemala, Honduras y Belice. En este contexto de movilidad, el puerto de Oxtankah, ubicado al sur de Quintana Roo, se erige como un punto clave de conexión en la región, según Allan Ortega Muñoz, investigador del Centro INAH Quintana Roo.
En el conversatorio “La migración en Quintana Roo, desde Naia hasta la actualidad”, celebrado en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, Ortega expuso cómo la interacción constante entre estos territorios y el papel de Oxtankah, que alcanzó su auge en el periodo Clásico (600-900 d.C.), evidencia el dinamismo de la movilidad en la región. Durante el Posclásico, los habitantes aún acudían al puerto para realizar ofrendas, y con la llegada de los españoles, el sitio fue elegido para la construcción de una capilla.
Ortega, egresado en Antropología Física y con estudios en demografía, ha investigado patrones migratorios en Quintana Roo a través del análisis de más de 300 esqueletos de sitios como El Meco, El Rey, San Miguelito, Tulum y Oxtankah. Mediante el estudio de isótopos estables de estroncio y oxígeno en piezas dentales y la modificación craneana intencional, se lograron identificar patrones de movilidad entre la Costa Oriental del Petén guatemalteco y otras ciudades del Golfo de México. Al comparar estos datos con estudios previos en sitios como Teotihuacan, Palenque, Monte Albán y Copán, los hallazgos sugieren relaciones culturales amplias, incluso influyendo en la arquitectura de la Costa Oriental, la cual presenta rasgos del estilo mexica en el periodo Posclásico.
El análisis de estos restos arqueológicos respalda la hipótesis de la llegada de migrantes del Golfo de México, con evidencias en sitios como Tulum y El Rey. También se han identificado indicios de migración desde el Petén guatemalteco en El Rey, San Miguelito y El Meco, así como de Belice en El Rey y de las Tierras Bajas del Norte de Yucatán en San Miguelito. La posición estratégica de Oxtankah la convirtió en un centro de relaciones durante el Preclásico y el Clásico Temprano con localidades como Altar de Sacrificios en Guatemala y Dzibanché y Calakmul en Campeche.
Durante el Clásico Tardío (600-900 d.C.), los patrones migratorios cambiaron, con personas que llegaron del norte de la península de Yucatán. En el Posclásico Tardío, destaca un caso particular de un individuo local que migró al Petén y luego regresó a Oxtankah, donde murió, reflejando las complejas redes de movilidad en esta región.
Ortega concluye que la Costa Oriental de Quintana Roo fue una región de intercambio diverso durante los periodos Clásico y Clásico Tardío. Este intercambio se manifiesta tanto en aspectos sociales y culturales, como la alimentación y la deformación craneana, como en el comercio y la estrategia geopolítica de los antiguos puertos mayas.
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