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El gran reto de nuestros tiempos

Columna de opinión por Arturo Romero

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El gran reto de nuestros tiempos
03 feb., 2024
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En la actualidad existen diferentes temas que ocupan una posición relevante en la discusión y creación de agendas públicas a nivel mundial dado el impacto –positivo o negativo- que pueden generan para la sociedad.
Y, sin lugar a dudas, la preservación del medio ambiente es una de ellos.
No por nada la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible promovida por Naciones Unidas coloca dentro de los 17 objetivos prioritarios el tema del derecho humano a un medio ambiente limpio, duradero y seguro para todos.
No olvidemos que el objetivo último de todo gobierno es crear un estado de bienestar colectivo para todos sus habitantes al tiempo que se respeta el medio ambiente que los rodea. 
Resulta evidente mencionar que no puede faltar un elemento en la ecuación porque todo forma parte de un sistema integral, es decir, no se puede conseguir el bienestar colectivo si no se erradica la pobreza o si no se preserva la naturaleza.
Pasemos ahora a analizar lo siguiente; conforme avanza el crecimiento demográfico a nivel mundial superando ya los 8,000 millones de habitantes y se mantiene a la vez el nivel de consumo de todo tipo de productos resulta manifiesto el reto de los Estados en tratar de lograr un desarrollo sostenible.
Por un lado, porque existe la gran posibilidad de que aumenten las cifras de pobreza extrema en el mundo estimada actualmente por el Banco Mundial en alrededor de 700 millones de personas y que necesitarán del acceso al agua, luz, alimentos, etc. , mientras que las elevadas tasas de consumo de diferentes productos producirán irremediablemente un incremento en la generación de basura mayoritariamente hecha de plástico que terminará por ser vertida al suelo y llevada por los ríos hasta los océanos.
Llama la atención que a pesar del conocimiento de tal situación por parte de los diferentes líderes, políticos, expertos y asesores alrededor del mundo –incluidos los que elaboraron la Agenda 2030- nadie ha sido capaz de imponer acciones y/o multas puntuales en la agenda política internacional.
Es decir, parece que todos los análisis y recomendaciones terminan por convertirse en recetas de buenas intenciones…
¿Será acaso que una de las razones principales por la que no se toman las medidas adecuadas es porque nadie se aventura a ir en contra de las dinámicas del libre mercado? 
Debo decir que en esta ocasión decidí hablar del tema de medio ambiente porque recientemente encontré en la web los resultados de una Fundación sin fines de lucro en España llamada Ecología y Desarrollo que ha revelado una serie de investigaciones sumamente interesantes, particularmente la relacionada con la elevada contaminación de los océanos por los desechos de plástico.
De acuerdo con la publicación: “Una media de 8 millones de toneladas de plástico son vertidas cada año a los océanos, esto equivale a vaciar un camión de basura lleno de plásticos cada minuto.”
Sé que cuesta trabajo dimensionar la cifra antes mencionada, sin embargo, el ejemplo que sigue resulta más fácil de comprender: “Si no cambiamos de tendencia, en 2025 nuestros océanos tendrán 1 tonelada de plástico por cada 3 de pescado, y en 2050 habrá más plásticos que peces.” …las cifras son alucinantes.
Para todos resulta claro que la producción y el consumo de productos hechos a base plásticos que no se disuelven o desintegran rápidamente es ya una amenaza para la vida del mar y como determina la investigación en los próximos años el problema se incrementará puesto que “la previsión es que la demanda –de productos de plásticos- crezca continuadamente hasta superar los 1.000 millones de toneladas en 2050.”
Pero aquí no acaba el asunto, los residuos de plástico en el mar además de formar concentraciones de basura denominadas “islas de plástico” que tienen distancias kilométricas, los diferentes animales acuáticos ingieren –sin quererlo- parte de los desechos.
Como resultado tenemos peces contaminados con plástico que posteriormente son pescados capturados e ingeridos por el ser humano.
En ese sentido la directora de la Fundación, la Lic. Rosa García señala que: “parece que la gente piensa que la especie humana es inmune a la contaminación por plástico, pero hay numerosos estudios que demuestran el impacto que tiene en la salud de las personas, en enfermedades, fertilidad, etc”.
En este contexto es donde surge la necesidad de que los gobiernos de todos los países coordinen esfuerzos en crear una nueva agenda ambiental que pueda y quiera –de verdad- recompensar a las empresas responsables con el reciclado de sus productos y multar fiscalmente a las que no lo hagan. 
Lo anterior resulta una tarea compleja ya que en muchas ocasiones el Estado prefiere poner su atención en otras áreas y dejar que el libre mercado se regule de manera automática, sin embargo, dada la prioridad en la que nos encontramos resulta imposible lograr un desarrollo sostenible sin el esfuerzo y la participación decidida de los gobiernos.
Pero falta un elemento más en la búsqueda de una solución global y permanente: la participación de todos nosotros.
Y es que atendiendo al carácter multidimensional del problema sabemos que la educación es una parte fundamental del mismo, por lo que de manera paralela estará en nosotros cambiar paulatinamente nuestras conductas de consumo.
Al respecto, recuerdo que recientemente en la ciudad de Puebla se ha dejado de dar bolsas de plástico en los supermercados obligando así a las familias a llevar desde sus casas las bolsas que van a ocupar. 
Lo anterior es tan solo un pequeño ejemplo de lo que la sociedad organizada puede realizar con un poco de conciencia y empleando un mínimo de esfuerzo.
Concluyo afirmando que “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones” es el gran reto de nuestros tiempos.


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