Arturo Romero Garrido
El crecimiento poblacional alrededor del mundo es un fenómeno que está muy lejos de detenerse y que nos ha llevado al día de hoy a tener una población que ya superó los 8000 millones de personas.
No tenemos que ir tan lejos, tan solo en el estado de Puebla cohabitamos cerca de 6.5 millones de personas y en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala - compuesta por 39 municipios de los dos estados- ya superamos los 3 millones de habitantes.
Esta concentración poblacional fuera de todo control ha repercutido de manera negativa en la calidad de vida de las ciudades donde cada vez resulta más difícil poder gobernarlas de manera exitosa por parte de los gobiernos locales.
La falta de visión por parte de las autoridades para llevar a cabo una planeación de largo alcance para la ciudad/estado ha provocado con el paso de los años que la mancha urbana haya crecido de manera irregular y desordenada, causando diversos problemas de movilidad y afectando zonas no recomendables para la urbanización (cerca de los márgenes de ríos, barrancas, etc.)
Muy atrás en el tiempo –casi 500 años- quedó el sueño de los fundadores de Puebla de concebir y erigir una ciudad ordenada perfectamente trazada en cuadrículas con un zócalo como punto central.
En la actualidad uno podría examinar si en las condiciones existentes de las grandes ciudades del mundo es todavía posible adaptar el crecimiento urbano a través de una adecuada planificación.
Aquí es donde llega a mi mente el sueño de Arturo…
Y es que a finales del siglo XIX el reconocido urbanista Arturo Soria tuvo un sueño, concibió la creación de una nueva ciudad lineal que se localizaría afuera de la zona congestionada de Madrid.
La idea que resultaba innovadora en su tiempo rompía con el esquema tradicional de ciudades trazadas en forma cuadricular, lo cual había sido la regla por parte de los urbanistas en Europa.
El concepto original ideada por Arturo consistía en la construcción de un mega boulevard de 43 kilómetros de longitud, lo suficientemente ancho como para albergar todas las formas de transporte posibles; una ruta para el pasaje con el uso de un tranvía de ida y vuelta, carriles para el uso de automóviles, ciclo vía y espacio para andadores.
Además, como parte de la belleza arquitectónica del paisaje la ciudad lineal estaría adornada por diferentes tipos de árboles y plantas, lo cual me hace recordar los tiempos en lo que siendo niño viajaba de manera cotidiana por la majestuosa carretera federal que va de Huejotzingo a Cholula -para asistir al Instituto García de Cisneros – flanqueado por inmensos árboles a los lados que nos cobijaban con su sombra, haciendo más fresco nuestro camino.
Al final el proyecto de la ciudad lineal terminaría siendo un trabajo inconcluso con el paso de los años.
Su construcción sería interrumpida, después modificada y finalmente absorbida por el crecimiento desmedido de Madrid.
Todo lo que se puede hacer con un poco de visión e imaginación, ¿no creen?
Se imaginan ustedes lo que pudo haber sido el tramo de la Recta a Cholula consistente en poco más de 6 kilómetros de longitud con un plan tan ambicioso como el de Arturo Soria, es decir, con una ciclo vía y flanqueado por elegantes árboles en los costados…
Menciono el ejemplo de la Recta a Cholula tan solo como un ejemplo de lo que pudo –en realidad puede- hacerse en la ciudad.
Hoy más que nunca Claro que todavía estamos a tiempo para corregir muchos de los errores de planificación urbano del pasado, pero, sobre todo, para concebir la ciudad del futuro, la ciudad que queremos.
Como todos saben en el 2024 se renovarán todos los puestos políticos del país y en el estado de Puebla la gubernatura y todas las alcaldías.
Considero que los aspirantes realmente serios están a tiempo para que puedan proyectar un verdadero Plan de Gobierno que permita conseguir los resultados que los ciudadanos exigen y anhelan.
Finalmente, dicen que los sueños están ahí para hacerlos realidad. En ese sentido hay que decir que el proyecto vanguardista del urbanista español está más vivo que nunca y parece que terminará por materializarse, aunque no sea en España.
Y es que el año pasado el rey saudí anunció la creación de una ciudad futurista en medio del desierto denominada “The Line”. El monto de la inversión es una locura y los renders son alucinantes, de modo que el sueño de Arturo sigue vivo…