Dr Román Sánchez Zamora
Muy pocos trabajan diariamente para cambiar su vida.
El anhelo siempre fue llegar a mandar como lo veía que lo hacía Moisés, el amigo de mi tío.
Los caballos, el vino, las fiestas, la gran camioneta roja, la casa interminable con baños donde siempre había agua caliente para lavarse las manos, cada uno con una pequeña bodega con papel, shampo, jabón, era otro mundo estar en esos pasillos, donde todo estaba iluminado.
Un día fue diputado, y luego hasta fue presidente municipal, sin duda que le iba bien a Moisés, se veía que la gente lo apreciaba mucho que la fortuna siempre estaba de su lado.
Por lo que le decía mi tío es que el comenzó desde muy abajo, llegaban a casa juntos de la primaria y su mamá les daba de comer y Moisés se quedaba todo el día en casa de mi tío, no le gustaba volver temprano, su casa era un jacal, de los últimos del pueblo.
-Un día fuimos porque se le había olvidado la tarea y la estufa estaba toda sucia, de esas de petróleo y se notaba que los trastes no los habían lavado en días, el piso de tierra y un cartón a lado de la cama de Moisés, le servía para poner sus zapatos muy maltratados de la escuela, regularmente andaba de huaraches, un día mi mamá lo llevo al mercado y le compró unos de uso, el se fue llorando a su casa- me comento mi tío.
-¿Pero cómo hizo fortuna? Se ve tan alegre como si nunca le hubiera faltado nada, como si sus padres lo hubieran apoyado mucho, siempre tan alegre hasta se pone a cantar y a su mamá la abraza mucho-
-Hay tantas historias, que si se fue para el norte, que si una brujería lo saco de pobre, que si tuvo una herencia, otros dicen que hasta se encontró lingotes de oro bajo su cama, siempre con ahorro y mucho trabajo poco a poco salió adelante-.
-La gente inventa cosas, le costo mucho trabajo y un día nos asociamos, todo se puede siempre y cuando nunca abandones el rumbo.
Estrategias aplicadas: todos los días legislas sobre tu vida, y escribes tú mismo tu futuro.
Twitter: @romansanchezz