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Spiderman 3: la madurez del héroe

Por qué a Peter Parker le cuesta comprender que cuidar su identidad es un asunto personal y no multiversal

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Spiderman 3: la madurez del héroe
26 dic., 2021
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por Vicente Tlachi

Cada vez que veo alguna película basada en comics, ya sea de Marvel o DC, me da por pensar que “los países sin un pasado grandioso, construyen su futuro a partir del comic y la ciencia ficción”. Si va a caer un asteroide, no es la costa mexicana porque eso ya sucedió hace millones de años sino ahora es Nueva York; si hay un ataque alienígena no acontece en Santiago de Chile, esto ocurre en Nueva York. Así, el destino de la humanidad no tiene otro espacio geográfico más que los Estados Unidos de América, llámese Boston, San Francisco o Nueva York. Por eso, no es casualidad que un buen día un ciudadano desconocido adquiriera un gran poder.  

El héroe puede envalentonarse y decir: Yo soy ese, tal y como sucede con Tony Stark al que la fama y los reflectores lo tienen sin cuidado. Pero también, el héroe tiene la opción de trabajar bajo un disfraz y se le conozca con el nombre de ese disfraz; y cuando no tiene encima esas ropas y máscara, puede llevar una vida en paz y en completo anonimato, sobre todo para no afectar su vida y la gente que le rodea, tal como sucede con Peter Parker, alias el Hombre Araña (también sigue esta directriz Bruce Wayne, alias Batman).

Sin embargo, las catástrofes no siempre vienen del espacio exterior para el superhéroe, tampoco de enemigos de igual poder y que logró vencer, sino de aquellos que son sumamente estratégicos y saben que pueden dar pelea una y otra vez gracias a su capacidad intelectual, pues saben que lo arruinarían si saben quién es y por qué se oculta tras la máscara.

La tercera película de Marvel en alianza con Sony, Spiderman No way home empieza con ese asunto de vital importancia para el superhéroe: evitar que todo mundo conozca su identidad, el problema está que el enemigo (Misterio) hizo mucho ruido (envió un video a un diario online amarillista). Spiderman deja de ser el gran héroe que salvó al mundo a lado de los Vengadores y es presentado como un asesino tecnológico; por si fuera poco, ni siquiera es un hombre hecho y derecho tal y como lo fue Tony Stark, sino un mocoso de preparatoria, enamorado y con ganas de hacer una carrera universitaria en el MIT. Ahora todo el planeta sabe que Peter Parker es Spider-Man, generando en él mismo, en MJ y Ned una hecatombe personal que llevará al héroe arácnido a pedirle al Doctor Strange que genere un hechizo capaz de devolverlo al anonimato, pero las cosas salen del espacio-temporal.

Si la premisa inicial de la película era el problema de la identidad de Peter Parker, en la segunda parte será salvar al mundo del desastre multiversal, que es todavía más grande y catastrófico que la invasión Chitauri en Nueva York o la pelea contra Thanos en el espacio. Haber interrumpido al Doctor Strange en el hechizo abrió portales interdimensionales para la llegada de enemigos naturales del Hombre Araña como el Doctor Octopus, Electro, Sandman, el Lagarto o el Duende Verde, y también de otros Hombres Arañas. Aunque, cabría destacar que Sandman y el Lagarto podrían no haber llegado. No tienen tanto protagonismo en la trama.

Ante el problema de ocultar la identidad, hacerse cargo del desastre multiversal, vienen las ambivalencias de Peter Parker, ambivalencias de orden tipo moral. Por boca de Octopus y de Sandman, sabe que los enemigos naturales del Hombre Araña al retornar a sus mundos serán aniquilados. Eso desencadenará en un enfrentamiento con Doctor Strange, porque él siente que esos villanos pueden cambiar si se les da una segunda oportunidad. Por supuesto, quien sale beneficiado de esas ambivalencias es Norman Osborn, quien logra manipular la mente de Peter Parker y lo hace ir a la casa de seguridad donde está la tía May, sin darse cuenta que la pondrá en peligro.

Norman Osborn supo en qué mundo estaba cuando ataca por vez primera a Peter Parker en la carretera. Como científico militar puede usar la tecnología de Tony Stark para su beneficio. De ahí que busca convencer a Peter Parker de tener una oportunidad para vivir. Cuando se da cuenta que la personalidad de Octopus ha cambiado gracias al chip inhibidor, convence a Max Dillon, alias Electro al indicarle que su don con la electricidad lo hace un Dios. Y es entonces cuando Peter Parker se da cuenta que no siempre los actos buenos producen situaciones buenas.

La muerte de la tía May será el detonante para que el Hombre Araña se olvide de sí mismo, ya no quiera ser el amigable vecino, tampoco quiera la redención a los enemigos. La llegada de dos Hombres Arañas, las historias que vivieron ante la muerte de seres queridos, le impulsará a corregir el camino.

Sin embargo, la presencia del Duende verde pondrá al mundo Peter Parker, el Peter Parker que peleo con los Vengadores, en peligro una vez más. Justo cuando el Doctor Strange quiere culminar el hechizo y hacer que los enemigos naturales del Hombre Araña vuelvan a sus mundos, unas de las bombas calabazas del Duende destruirán el contenedor del hechizo, provocando la apertura de nuevas realidades, donde nuevos enemigos asoman.

Perder a la tía May no se compara con perderte en la memoria de quienes solo saben que Peter Parker es el Hombre araña. Si el problema era cuidar la identidad, que sea solo un asunto personal y no multiversal. Es aquí donde lo ético aparece tan solo para hacer que el individuo comprenda que una decisión tomada con sabiduría apela a la madurez, decisión que tardó mucho en tomar. Peter Parker hará un trato con Doctor Strange: que todo mundo olvide que él es el Hombre Araña. Es como hacer un pacto con el Diablo. Pues tanto su novia MJ, Ned, incluso, el propio Strange olvidarán quién es él; además, el hechizo afectará a los Vengadores, pues nadie recordará que él también ayudó a salvar a la humanidad. Será el Hombre Araña pero sin tener acceso a la tecnología de Tony Stark.

Resuelto el hechizo, vemos como poco a poco desaparecen los enemigos de otros mundos ya curados para que regresen a sus lugares a tener una segunda oportunidad. Tal vez el Doctor Octo Octopus se convierta, de acuerdo a la mitología geek en el Superior Spiderman. Quizá Osborn se convierta en Iron Patriot de su universo. También retornarán a sus mundos los otros Spiderman.

El Peter Parker que conocemos, ahora sin una familia o huérfano, estudiante de ingeniería en el MIT, sin novia y sin su mejor amigo, combatirá el crimen sin tener la pesada carga que le supuso ser heredero tecnológico de Tony Stark. Y para no morirse de hambre, quizá trabaje como fotógrafo en el Daily Bugle, propiedad de  J. J. Jameson.

Podemos concluir que Marvel no solo ha ofrecido un fanservice bien hecho con efectos especiales que mantienen al espectador sin pestañar y sin aburrirlo, sino que logró cerrar los ciclos narrativos de los otros Spiderman. Por ejemplo, Andrew Garfield logra convertirse en héroe al salvar a MJ de Tom Holland; Tobey Maguire alborota la audiencia con su sola presencia, pues para muchos amantes del comic aún sigue siendo el mejor Spiderman. Además, sus presencias dejaron abierta la posibilidad de verlos en algunas aventuras, sobre todo a Garfield.  

Spiderman 3 de Marvel ha logrado construir a un héroe que en las primeras dos películas, Homecoming y Far From Home, además de Vengadores Infiny War y Endgame no se miraba tan firme, sino necesitado de un tutor o de otros Vengadores para brillar. Ahora que ese Spiderman está solo por el mundo, tendrá que ver por sí mismo que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. 

 

 

 

 

 

 


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