Dr. Román Sánchez
-Por fin, el primer cliente-.
-La sonrisa venía a mis labios cuando, sacó de sus ropas un documento donde yo era acreedor de una sanción, por más de 100 veces lo que he ganado en un día-.
-La frialdad-.
-Serenidad-.
-Soledad-.
-El frio y el sueño eran presos de mi-.
-Usted no cumplió con la ministra del interior, menos aun con el ministro de la comunidad, y a los de la Unión no creo que les interese un espacio polvoso como el suyo…- me dijo el joven que salió muy orgulloso de lo que había hecho…
-Fueron días de zozobra-.
-Noches de pensar que el sueño se había terminado-.
-Pensábamos que el supremo gobierno nos apoyaría-.
-Pensé que mi tío moriría-
-Ente charlas cortadas, fumaba su habano, según le ayudaba a pensar y decía que era imperante, quizá por eso, un día lo trate de fumar y solo tosí como loco, mi cuarto permaneció con ese olor por semanas-.
-Le decíamos el marrano, allá en el pueblo y mira, el adulador llegó a ser el ministro- me dijo mi papá ante de morir, creo esperaba esta porquería de enfermedad para irse- me dijo mi primo.
-Definamos a los candidatos a concejales, no hay duda que nací para esto, Coelho tenia razón, “el universo conspiro en mi”- dijo el primer ministro mientras escuchaba a los lejos, muy lejos por sus guardias retenidos una manifestación por una joven desparecida y por su declaración que la enfermedad se curaba con una infusión con flor de ojo del dragón, cosas del cuarto mundo.
Afuera de la oficina de la lejana caoba, en la indiferencia moría entre su discurso meloso destinado al benemérito del sigo antepasado, un pasado nada cercano al presente:
-Son unos tontos, perdieron la mayoría del consejo- les decía a sus candidatos, su grupo, el circulo de adulación lo perdió, palabras melosas y dulces que hacen perder a todo ser sano sobre la tierra.
- ¡Que bárbaro!, sin duda es una gran ciencia ficción- le dijo Tania a Dael, al leer al azar unos párrafos de su nueva novela…
Estrategia del estratega: la adulación envenena al más fiero estratega… desde Maquiavelo esbozando a los romanos y hasta hoy…