Columna de Opinión por Arturo Romero
En días recientes me tocó coincidir en un café con un amigo experto en materia de relaciones internacionales; el Mtro. Fernando Montiel.
Resulta que mientras esperábamos pacientes en la larguísima fila para ser atendidos comenzamos a platicar sobre diversos temas hasta que la inercia nos llevó a un camino del que ya no pudimos escapar, conversar sobre la situación política que vive el mundo en estos tiempos donde se pronostican grandes desafíos en la arena internacional.
Como dice el clásico, no podía ser de otra manera.
En este sentido, nos resultó imposible dejar de reflexionar sobre uno de los temas más sensibles vinculados a la seguridad nacional de un país y que nuevamente vuelve a estar en la mesa del debate público; el terrorismo.
Pero vayamos por partes, para ello empecemos por tener una imagen clara de los acontecimientos.
En los últimos años Europa, otrora centro del mundo, está resintiendo de manera especial la pérdida de su hegemonía.
Por un lado, el bajo crecimiento económico en la región -el cual lleva muchos años- comienza a hacer estragos en diferentes sectores de la sociedad. Muestra de ello son las recientes manifestaciones en diferentes ciudades de Europa por parte de los agricultores que están en contra de la política agrícola de la Unión Europea, una política que los deja fuera de competencia contra los productos de otros países.
Por otro lado, la capacidad de sus líderes y su integridad moral se ve cada vez más cuestionada por la ciudadanía en general debido a una serie de decisiones inoportunas, absurdas e incoherentes que han estado llevando a cabo de manera sistemática.
Dentro de estas decisiones políticas que a uno como simple espectador situado en otro continente parecen no tener sentido ha sido el proyecto del presidente de España Pedro Sánchez de pactar nuevos cambios a la Ley de Amnistía.
¿De qué va el tema?
En noviembre del año pasado el presidente Pedro Sánchez resultó reelecto con una votación de 179 de 350 votos. De acuerdo al reglamento del congreso el candidato requiere de mayoría absoluta, es decir la mitad de los votos más uno, lo que arroja la cantidad de 176 votos.
Es decir, Pedro Sánchez consiguió la mayoría absoluta de forma muy apretada y algunos de esos votos decisivos se los debió a integrantes de partidos separatistas de Cataluña, por lo que el presidente se encuentra en deuda con ellos.
El resultado de lo anterior –uno lo puede deducir- ha resultado en el proyecto de actualización de la Ley de Amnistía.
Esta renegociación en esencia ha permitido otorgar la amnistía a ciertos actos de terrorismo, delitos de traición y malversación de recursos públicos bajo ciertos criterios que antes no lo permitía.
El profesor Rafael Murillo Ferrer lo explica de la manera siguiente: “El primero de los cambios es la variación que ha habido del concepto de terrorismo para amnistiar el terrorismo digamos de baja intensidad. Entonces siempre y cuando no haya una vulneración directa de derechos fundamentales y no haya situaciones graves, se puede entender que este terrorismo es de baja intensidad, cosa que nuestro Código Penal no diferencia".
Sin duda se trata de un tema fundamental que está causando una polarización intensa.
Regreso a la plática de café que dio inicio a toda esta discusión.
En ella, el Mtro. Fernando Montiel fue muy claro al definir cuáles son los 4 elementos constitutivos de todo acto terrorista:
1. Es un acto violento en el que debe de haber heridos y bajas humanas, todas ellas de índole civil.
2. Aunque resulta obvio es necesario señalar que un acto terrorista es una acción que viola las Leyes de convivencia de un país, es decir, es un acto ilegal que viola el marco legal vigente.
3. El ataque debe de cumplir la tarea de crear un estado de pánico generalizado en la población.
4. La agresión debe de tener un claro objetivo político -no militar puesto que entonces se estaría hablando posiblemente de un acto de guerra-.
Y todo por aferrarse al poder…