Arturo Romero Garrido
México y España
Los procesos de revaloración históricos son en rigor interminables, en gran medida porque su vigencia suele tener un plazo muy limitado de duración ya que en muchas ocasiones no pasa mucho tiempo en que pueda surgir una nueva investigación que descubra pruebas o evidencias que alteren de manera sustancial la historia que se conocía.
Otro proceso de la revaloración histórica es la que se origina a partir del pensamiento político/ideológico donde estándares de conducta y comportamiento social que antes eran considerados como ordinarios, comunes o aceptables quizás han dejado de serlo y ahora pueden llegar a resultar inadmisibles.
Como parte del revisionismo histórico y en sincronía con los acontecimientos ocurridos hace 500 años cuando se gestó la conquista liderada por Hernán Cortés, el titular del poder ejecutivo ha emprendido una acción diplomática consistente en la entrega de una carta dirigida a la Corona Española en la que se le exige pedir disculpas por las atrocidades cometidas durante la época de la Colonia.
En un extracto de la carta se lee: “En suma, durante la Colonia se vulneraron derechos individuales y colectivos que con una mirada contemporánea, deben asumirse como atentados a los principios que rigen a ambas naciones”.
Como era de esperarse el contenido de la carta ha generado infinidad de reacciones en el medio académico, político, etc., los cuales no terminan en ponerse de acuerdo sobre si era o no prudente llevar a cabo dicha empresa.
Claro que la reacción más importante ha sido la respuesta de la Corona Española quién ha decidido rechazar el contenido de la carta fundamentando que nuestros pueblos han sabido compartir un pasado sin ira, con un legado histórico común y con un presente armonioso.
Propiamente se puede considerar que el acto exclusivo de pedir disculpas por actos cometidos por otro país hace 500 años es caer en el error de querer juzgar la historia con una perspectiva contemporánea ajena a la que se tenía en aquella época y que se niega a ver en la Conquista un choque civilizatorio que era inminente.
Además, todo proceso colonizador se tiñe de claroscuros, se puede poner énfasis en los agravios cometidos por parte de los españoles a los indígenas o resaltar la transferencia de tecnología de Occidente a América gracias a la cual recortamos siglos de atraso en diferentes ciencias teóricas y aplicadas.
Así pues, nos encontramos en una dicotomía en la que cada una de las partes tiene un tanto de razón, por un lado la óptica del actual gobierno federal lo lleva a resaltar el lado negativo de la historia mientras que España posiblemente considere que gracias a su llegada al continente americano transformaron lo que eran pueblos arcaicos en ciudades desarrollada, con puntos de vista tan distintos parece imposible llegar a un punto en común.
En esta eventualidad convendría coincidir en que el respeto y la buena opinión entre 2 países que se miran como iguales es lo que debería prevalecer.
Cuánta razón tenía Juan de Dios Peza cuando decía que la España dominadora había dejado de existir para dar paso a un país hermano, por cierto, en su poema México y España el gran maestro comparte su inspiración diciendo:
Hoy la gloria con bellos arreboles
Ilumina enlazadas nuestras manos
¡Honor eterno a México, españoles!
¡Honor eterno a España, mexicanos!
Nota: El asesor constitucionalista Atilio Alberto Peralta Merino en uno de sus artículos deja ver la posibilidad de que la intención última del gobierno mexicano no es la de exigir disculpas sino la de demandar una compensación económica…¿será?.