...

Los pendientes de Xi Jinping

Arturo Romero Garrido

...
Los pendientes de Xi Jinping
17 nov., 2022
Compartir:

El mes pasado se llevó a cabo el XX Congreso Nacional del Partido Comunista en China en el cual el presidente Xi Jinping presentó el informe de los logros más importantes que su país ha alcanzado en los últimos años.
Más poderoso que nunca, tanto Xi Jinping como el Partido Comunista hicieron alarde del exitoso proceso de transformación económica que han llevado a cabo en aquél país en donde han sacado de la pobreza a cerca de 800 millones de personas al recalcar en el informe que: “en los últimos cinco años hemos trabajado por garantizar y mejorar destacadamente las condiciones de vida del pueblo, por librar con fuerzas concentradas la batalla de asalto de plazas fuertes en la liberación de la pobreza”.
Tan solo una comparación que nos ayuda a dimensionar el tamaño del milagro chino; de acuerdo a cifras oficiales de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) en América Latina viven 204 millones de pobres y específicamente en México alrededor de 90 millones. Pues con los resultados de las políticas públicas del Partido Comunista los pobres ya hubieran desaparecido en América Latina, seríamos todos clase medieros...un hito casi imposible de creer que pasará a los anales de la historia.
Sin duda alguna China está destinada a comandar al mundo –así lo hizo durante muchos siglos- en la segunda parte del siglo XXI, así quedó consagrado en una de las frases que más impacto generó en el informe presentado por el presidente cuando señaló que: “nuestro Partido tiene una responsabilidad de importancia suprema y una misión incomparablemente gloriosa…con las peculiaridades chinas de la nueva era”.
Su poder económico y militar se muestran crecientemente con mayor fuerza en los diferentes foros internacionales y son cada vez más los países que se acercan al gigante asiático para pactar tratados comerciales, el último de ellos ha sido Alemania pues recientemente su canciller Olaf Scholz viajó a China para cerciorarse que los esquemas de negocios entre ambos países continúen y se fortalezcan en estos tiempos de guerra.
Derivado del manejo exitoso del país, Xi Jinping ha sido ratificado por tercera vez consecutiva como Secretario General del Partido Comunista, hecho que genera estabilidad política y centralidad de mando, cosa contraria a la que se vive en “democracias” como la de Estados Unidos donde la división y polarización se incrementa cada vez más al grado de que ya son muchos los conspiranoicos que ven la posibilidad de un futuro golpe de estado.
Por otro lado, si bien el proceso de consolidación de China como superpotencia va viento en popa, también es cierto que existen áreas estratégicas en las que todavía se encuentra muy por detrás de Occidente y en las que pronto tendrá que poner mayor énfasis.
Uno de los pendientes más significativos de la gestión de Xi Jinping es el referente al denominado poder blando que es, sin duda, una herramienta indispensable para la expansión de la influencia China.
El poder blando (a diferencia del poder militar que actúa como una fuerza coercitiva) tiene como objetivo resaltar la grandeza cultural de un país, al tiempo que promueve su exitoso sistema político y de valores.
Se trata, pues, de generar en primera instancia admiración, y después, afinidad hacia un modelo de vida.
Por ejemplo, en México cuando en un fin de semana queremos ir al cine con los amigos lo más seguro es que terminemos eligiendo una película norteamericana ya que, además de que su calidad normalmente es buena, siempre hay muchas más películas extranjeras que nacionales en las salas de cine. 
En esas cerca de dos horas que pasamos sentados en el cine, inconscientemente estamos haciendo como algo natural el estilo de vida norteamericano (lenguaje, música, comida, etc). 
Además, si decides comprar algo para comer dentro de la sala lo más seguro es que termines comprando (a precio de oro) una Pepsi y unos hotdogs…más de lo mismo. 
Pues a pesar del poderío económico chino, la mayor parte del mundo sigue viendo a China como a un país extremadamente remoto, con un sistema de gobierno opaco y con un lenguaje imposible de entender.
Por cierto, ¿algunos de ustedes recuerdan la última vez que leyó un libro de algún autor chino, o que haya visto una película China?
Seguramente -es lo que yo creo que sucederá-  en los próximos años comenzaremos a ver campañas de propaganda a través de redes sociales que tengan como objetivo generar la imagen de China como un país amigable, cercano, interesante y exitoso. 
Así, paulatinamente diferentes países en el mundo comenzarán a utilizar plataformas o aplicaciones como Tik Tok, leerán noticias de portales chinos y comenzarán a enviar a sus hijos a clases de mandarín…que nadie tenga dudas sobre los alcances de China en el siglo XXI.


Síguenos en nuestras redes sociales